miércoles, 2 de mayo de 2012

Un poema como un rompecabezas. Un sueño.

Tengo ganas de quererte,
de ofrecerte las olas de mi tierra salobre
–sábanas de Dios que cobijan la tierra-.

Un amigo me contaba sobre prostitutas
que juegan a hacer el amor con la muerte.
-Camenas olvidadas de Dios- pensé.

En un barco herrumbrado,
hundido en las profundidades de la mar,
un camarón agita la arena para jugar en tu cueva.

Alguien, tal vez yo, respiraba apresuradamente.

Un amigo te contaba sobre sirenas
que hacían el amor sobre un barco herrumbrado,
hundido en el fondo del mar.
Y tú tenías ganas de quererla.
Ahora no sé cual era exactamente la historia.

Presente. Eso somos.