miércoles, 30 de septiembre de 2009

Travis - "Sing"

Persuasión

Te propongo una treta:
Transformemos la distancia.
Mintámosle al tiempo y a la eternidad.
A la gente, al pretexto y a la razón.

Inventemos razones, digámosle que es;
una unión inmediata entre tu ventana y la mía.
Un puente plagado de estrellas y oscuridad.

Y ya que se convenza, escondamos blasfemias,
enterrémoslas, deshagámonos de ellas.
Miremos al cielo, con nuestras mentiras a cuestas.
Y hagámonos tontos como los demás.

miércoles, 2 de septiembre de 2009

La alcoba

Cuadrado perfecto forrado de cortinas sepia.
Vacios rotundos. Inmensidades.
Espacio geométricamente taciturno.

Reflejo inquieto del silencio,
explosión abundante de la nada,
Una bestia encerrada en una alcoba de mosaicos tristes.

Que le falta a mi habitación si no hay nada,
nada de voces, de nada,
nada de soledades calladas.

Que le falta a mi vida si tengo libros,
café, galletas, poesía y agua.
Un candelabro endeble y una luz apagada.

miércoles, 29 de julio de 2009

Al final de cuentas...

Al final de cuentas vivimos en un mundo de desconocidos.
Aquellos a quienes llamamos con ventaja amigos, padres o hermanos, no son más que un complejo de ideales y pensamientos paralelos y ajenos a los nuestros. Pensar entonces que conocemos a alguien, no es sino un acto aventurado y ciego propio del ego.

Al final de cuentas (y no necesariamente al final), no podemos conocernos ni a nosotros mismos. Es una realidad concreta, más simple de lo que parece. Un camino de incógnitas sin respuestas, no porque no sepamos encontrarlas, sino sencillamente porque no las hay.

La vida se vuelve siempre, una historia cíclica en la que nos creemos escritores de un cuento, en el que tan solo somos personajes.



Montreal, Canadá.

miércoles, 1 de julio de 2009

Ausencia

Hoy, te busco,
como todos los días en que no me atrevo a decírtelo.
No confíes en que te digo que te busco,
porque tal vez no lo hago.

Hoy te digo que te busco,
y es porque te busco quizá.
O porque temo haberte encontrado.

martes, 30 de junio de 2009

Una excusa o un para qué.

Estos últimos días he estado meditando acerca del por qué y el para qué tengo este blog. Me he encontrado con respuestas que no creí tener, y confirmado otras que todavía tambaleaban. Las preguntas suenan y yacen como dos incógnitas necesarias a la conciencia y a la racionalidad, necesito; creo, una excusa incuestionable e inmediata para este espacio, un para qué redundante a toda ocasión y a todo cuestionamiento. Tal vez puede ser cosa mía, no lo sé. El ser humano suele irremediablemente tener la necesidad de explicar el por qué de sus acciones, la misma vida nos lo ha impuesto, sin embargo, creo que hay cosas que no necesitan de justificación ni explicación alguna, afortunadamente, esta no es una de ellas, y digo afortunadamente porque sería una pena no tener justificación para ello, desde luego, así como las palabras tienen traducción, también tienen una explicación.

He encontrado en este espacio (su espacio), una salida constante y necesaria a mis pensamientos, y es que, así como la encuentro en otras libretas en las que también escribo, y aunque este blog es menos íntimo, no deja por ello de ser franco, directo y transparente.

¿Un poeta?, ¿Un escritor?, no lo sé, si al que trata la madera le dicen carpintero, y al que roba cosas le llaman ladrón, quizá yo soy un poeta y un escritor, sin el detalle elemental al nombramiento de ser bueno o malo en ello. Escribir es el arte necesario y franco de ser, de plasmar y de sentir. Y aunque la definición anterior podría caber en la pintura, la escultura u otras artes, las herramientas son por demás diferentes. Yo puedo escribir en la arena sin necesidad de un papel y un lápiz, más no puedo pintar sin pintura, puedo escribir en el cielo (sutil e íntimo lienzo), más no puedo esculpir sin materia.

Lo hago sin temor, y eso es precisamente lo que me permite crear el vínculo exacto entre mis letras y ustedes, porque ese es otro punto crucial que lleva a una respuesta más. Este blog, depende de quién lo lee, no es autónomo, vive por las personas que se identifican o simpatizan con él. Es un ente material desprendido del autor que vive por sus lectores, porque finalmente si no quisiera que nadie lo viera, lo escribiría en una libreta y lo guardaría para mí, pero ese no es el punto. El escritor escribe para ser leído, el pintor pinta para ser apreciado, y aunque es importante recalcar que es la segunda instancia, no deja por ello de ser importante.

¿No temes que sea tan íntimo?

En realidad la pregunta anterior ha surgido de charlas con otras personas con blogs, el problema, dicen, es que suele convertirse en algo autobiográfico o demasiado íntimo, y muchos temen que eso suceda. En mi caso, creo que al final, somos personas, comunes y corrientes, que sienten, que lloran y ríen, y si algo puede parecer demasiado personal, no hay que tener miedo a la crítica o al juicio, alguna vez dijo Coelho que los críticos eran como eunucos en un harem, saben cómo se hacen las cosas, pero no pueden hacerlas.

Invitación:

Por último, no puedo dejar de hacerles una atenta invitación; los exhorto a que escriban, es placentero, tranquilizante y siempre satisfactorio. Quién sabe si entre ustedes no se encuentra un gran poeta, novelista o guionista. Recuerden “de músico, poeta y loco…”

Soy hombre, duro poco
y es enorme la noche.
Pero miro hacia arriba:
las estrellas escriben.
Sin entender comprendo:
también soy escritura
y en este mismo instante
alguien me deletrea.
O. Paz

miércoles, 3 de junio de 2009

"Las Criaturas Saladas"

"Yo levanté los ojos y tuve una visión. Había dos mujeres que avanzaban. El viento soplaba en sus alas: ellas tenían dos alas como las de la cigüeña, y levantaron el recipiente entre la tierra y el cielo" Zacarías (5:9)

Desde el punto de vista religioso, los Ángeles son considerados como criaturas divinas destinadas a la ayuda de Dios. Son imaginados como seres misericordiosos y preciosos, cuerpos alados, dotados de pureza, de aspecto blanquecino y mirada tierna, con objetivos diferentes y por demás significativos. Los Ángeles parecen ser creaciones derivadas de la esperanza del hombre, producto de la búsqueda de un refugio constante de ánimo, fortaleza y temperamento. El Ángel, en el argot milenario, es la figura sagrada, preciosa e indescriptible. Sinónimo de ayuda, de consuelo, de tragedia, muerte y vida. El Ángel es un ser etéreo, digno de las creaciones humanas más comunes. Son pintados, esculpidos, escritos, dibujados, son nombres de canciones, ciudades, novelas, poemas y un sin fin de cosas.

Pues bien, pareciera que andan por todos lados, sin cansancio ni tregua alguna para con el mundo, ayudando sin ser vistos ni oídos, vagando por la tierra que nos tocó vivir a los mortales. Siempre creí que nunca había visto alguno, pensé que eran obra de la vasta imaginación del hombre, dudé siempre de su existencia y credibilidad. Hasta que me di cuenta que en verdad están ahí, siempre lo han estado, solo que en figuras diferentes a las que se pintan o dibujan, están ahí, pero sin alas, sin blancura ni divinidad. Los Ángeles usan lentes, tienen los dientes salidos, usan saco, corbata y pantalones. Los Ángeles odian que les hables por la mañana, comen donas y aman leer a Borges. Los Ángeles usan trenzas, viven lejos, tocan la guitarra y juegan “X-Box”. Los Ángeles me mandan mensajes todas las noches preocupados por si ya llegué a casa, los Ángeles me ven con ternura, me cocinan a veces y me piden galletas (finas obvio, son Ángeles), los Ángeles usan silla de ruedas y van por la calle molestos por el sol y cansados de la vida, ellos saben que los quiero y ríen y muestran el lunar de su mejilla izquierda, lloran en mi hombro y no dudan si quieren hablarme a las 2 de la mañana. Los Ángeles aguantan carilla, cubren mis excesos de alcohol y hablan apenados con mi padre, te invitan a desayunar y pagan las chelas, miden casi dos metros, te llaman “Bro”, son incoherentes, ocurrentes y gordos. Son criaturas que hablan Alemán dormidos, nobles como nadie y simples como todos. Disfrutan la cocina, lloran muy seguido, son inseguros y de mucha “hueva” para la fiesta. Tienen mirada celestial, olvidan títulos y preguntan siempre ¿Qué piensas?, son pequeños, parlanchines y chismosos.

Los Ángeles que yo conozco son aún más sencillos y simples de aquellos que la gente dibuja e imagina, los angelitos que me tocaron no son criaturas aladas, sino “saladas”, no son pulcros sino apestosos, no están siempre, sino cuándo deben. Esas criaturas que me rodean, son en realidad, Ángeles, diferentes en figura, pero iguales en esencia a como la divinidad los ha descrito. Todos mis Ángeles, quizá no han sido descritos esta ocasión, sin embargo, saben que los quiero. Y agradezco su existencia cada uno de los días que desde que nací, me ha tocado vivir de más.







miércoles, 20 de mayo de 2009

"Vicios"

Tengo kilos de libros en el escritorio, me arden los ojos y me molesta la nariz, sí, tengo gripe. Pienso en ti, irremediablemente pero así es, que le voy a hacer. Miro hacia arriba y veo ese artefacto despreciable que cubre el foco de mi cuarto, dios! Me enardece no poder quitarlo.
Tengo frio en la planta de los pies. Se me han ido las palabras, no sé ni que escribir y solo lo hago en automático, pienso, pienso y no dejo de hacerlo.

Debo confesar que siento un ligero desprecio por la cantidad de “nicks” en el messenger que dicen algo sobre la muerte de Benedetti. Tal vez porque yo quería hacer lo mismo y dejé de sentirme original. Es hora ya de dormir, pero el café que me tome hace un rato no me dejará hacerlo, (empiezo a pensar que puede ser mental).

Suena en el reproductor “Bésame mucho” y sí, sigo pensando en ti, (eso no debí escribirlo) en fin los minutos pasan y yo sigo vagando en salvedades. Creo que eso de andar pensando en ti ya se volvió anacrónico.

Tarareo “La chica de ipanema” y ahora que está de “moda” Benedetti, (nótese otra vez mi desprecio) se me viene a la mente el fragmento de uno de sus poemas…
“…Enamorarse es un presagio gratis
una ventana abierta al árbol nuevo
una proeza de los sentimientos
una bonanza casi insoportable
y un ejercicio contra el infortunio…”

Me acabo de dar cuenta de algo. Ya volví a pensar en ti.

lunes, 11 de mayo de 2009

Nothing gonna break us

Sin achaques de distancias, ni melancolías innecesarias.

Nada de eso sirve ahora, yacemos regados como puntos clave en un mapa de sin razones y desesperanzas. La vida es así, y así nos ha tratado, ¿Bien?, ¿Mal?, no lo sé, solo sé que he crecido.
Y sigo aún sin ser grande.

Ni las salvajes entrañas de la tierra que agitan el mundo a su merced, ni las más trágicas situaciones, ni el más desenfrenado de los destinos...

Ya nada nos romperá.




sábado, 11 de abril de 2009

"Un final inevitable"

Es tarde para decirte esto, lo sé. Las mismas estrellas incluso descansan en la inmensidad de la noche. Hoy, medité mucho y después de tanto pensar, he decidido dejarte y partir hacia una realidad que ni yo mismo conozco.

Esta mañana, reflexioné sobre “nosotros”, y hasta la misma palabra parecía tener separaciones imperceptibles. ¿Sabes? Debo irme, no ahora mismo, ni en cuerpo entero, sino por pedazos. Debo salir de aquí, poco a poco que el azar es doloroso. Debo tratar de escribir “ayer” con tinta invisible, sin palabras que redunden en pasados que incomodan.

¿Tristeza? No sabría decirte, solo sé que es extrañamente grato sentirme libre de aquella armadura de esperanza que me sujetaba. No es (aclaro), mi intención, pretender mostrar una mirada estoica y un semblante invulnerable. Mentiría si así lo hiciera.

Sé que estas letras huelen a despedida, sin embargo no lo son. Son estas líneas el simple final de una etapa inevitable de nuestras vidas, son quizá una razón más para convencernos que entre tú y yo, jamás existirán despedidas suficientes o separaciones fatales. Lo sabes, lo sabemos de antemano, es en verdad absurdo pensar que podemos concebirnos en vidas totalmente discordantes. Sin embargo, es también maduro saber que tampoco podemos concebir un presente juntos. Al menos no como quisiéramos.

Son estas horas, en que parto hacia mi realidad, las postrimerías de un haz de amor que algún día creímos haber visto.

domingo, 5 de abril de 2009

domingo, 29 de marzo de 2009

"Hace ya más de 10 años"

Mi relación con la poesía de Sabines es por demás, estrecha, enigmática y hasta casual. He encontrado en cada uno de sus versos, no solo inspiración para escribir poesía, sino maneras sutiles de ver la vida. Sus poemas son en verdad, una forma de andar expresada en letras, y es que cualquier sentimiento que derive de vivir está ahí plasmado por un hombre que lloró, que sufrió, odió y amó como todos, no sé si bien o mal, pero al menos lo intentó.

Jaime Sabines, aparece completamente discordante y ajeno a mi época. Cuando él nació, yo no existía ni en planes, cuando murió, yo no existía en conciencia, y me vine a encontrar por primera vez con él, un día cualquiera a los 16 años, cuando mi padre me prestó “espero curarme de ti” -poema que de mi memoria jamás ha salido-, y al leerlo, me enamoré de su forma de escribir. Recuerdo me fascinaba la idea de leer poesía que no rimara, su prosa me pareció sencillamente exquisita.

Hace ya más de diez años que el mundo sigue sin Sabines, y hoy los colores de su poesía siguen vivos en música, en versos que intentos de poetas locos como yo escribimos, en niñas chiapanecas que recitan “los amorosos” al pie de su tumba, en el aire y sabor de buenos versos y en estas letras que con alevosía y sin merito me dispuse a escribirle.

Sabines y su poesía son simplemente para mí, inspiración y refugio fundados en un paralelismo práctico y enigmático. Son parte de mi locura y de mis sueños. Son dos amigos invisibles, ocultos en los ecos de mis alegrías y desazones.

Octavio Paz escribió una vez:

“Jaime Sabines es uno de los mejores poetas contemporáneos de nuestra lengua. Muy pronto, desde su primer libro, encontró su voz. Una voz inconfundible, un poco ronca y áspera, piedra rodada y verdinegra, veteada por esas líneas sinuosas y profundas que trazan en los peñascos el rayo y el temporal. Mapas pasionales, signos de los cuatro elementos, jeroglíficos de la sangre, la bilis, el semen, el sudor, las lágrimas y los otros líquidos y sustancias con que el hombre dibuja su muerte -o con la que la muerte dibuja nuestra imagen de hombres.”


sabines

lunes, 23 de marzo de 2009

"Olores"

Mi dedo índice huele a ti,
a tus rincones y formas, deslices y pasiones.
Huele a mis viejas y sucias sábanas.
Huele a jazz, a mar y recuerdos.

Éste, el dedo índice de mi mano izquierda,
te arrebató un pedazo de esencia,
para jamás devolverla.

sábado, 14 de febrero de 2009

"Café"

Todavía existen exiliados en el sótano,
viejos libros que hablan de amor,
guardados en cajas cubiertas de polvo y olvido,
libres de todo recuerdo porque hace mucho,
hace ya mucho tiempo que se han perdido.

¿Dónde deje el amor?, no lo se. Quizá en el sofá cuando leía,
o en el fondo del café que no terminé.
No estoy seguro de haberlo dejado, o si él me dejo a mí.

La luna ahora es sencillamente luna,
y no otro pretexto para escribirte.
El mar, distante e imponente me mira,
pero no logra comprenderme.

jueves, 12 de febrero de 2009

"Ana esta triste"

Ana esta triste, y ni se inmuta cuando ve pasar a los ciegos en el metro,
esconde la mirada entre el enlace de sus piernas y manos,
tuerce el gesto, pareciera que algo le molesta.
Mira fijamente el juego de dos niños entre los vagones,
no sonríe, solo observa, pero sigue triste.

No sé qué tiene Ana. Se recoge el cabello y juega con sus dedos,
une las puntas de los pies en el suelo,
parece le perturba el ruido de los vagones, cierra los ojos,
junta sus rodillas, las toca, pero sigue triste.

Sonríe Ana, apuesto que tras lo melancólico de tu mirada,
inexpresiva y dura, escondes magia,
celosos colores y amores latentes,
dignos de esta vida, presas de la nostalgia.

Sonríe Ana, el mundo dichoso de verte necesita,
la luz de tus ojos y la nieve de tus dientes.

lunes, 9 de febrero de 2009

"El silencio de René"

Solo, tan solo que el fiel testigo de mis palabras,
es este silencio pasmoso y penetrante que inunda la alcoba.
Al cabo de una hora, se vuelve violento e insoportable.
Me grita en los oídos. Yo, he aprendido a tratarlo. El, simplemente no me soporta.

Al caer la noche. Recostado en mi cama cierro los ojos para soñar.
Imagino estas aquí, a mi lado. Los abro, te busco, no te encuentro.
Allí, en la esquina de la estancia, entre el escritorio y el viejo armario he encontrado tus ojos. Raros, letales y misteriosos. Tu mirada, agazapada entre las sombras me mira como observa un depredador a su presa. Cautiva, excita, enloquece.

Manos de este intento de poeta se pasean por la cama que implora tu presencia.
Bailan sobre la almohada donde tu delgada figura hace falta,
donde cubiertos los dos por estas sabanas, contaría los lunares de tu cuerpo uno por uno,
y extasiado del néctar de tus senos, besaría tu sexo. Dulce, sutil, pero venenoso.

Embriagado ya de ti, moriré de la forma más placentera posible.
Sabiendo que no soy capaz de cerrar los ojos para dormir, despertar por la mañana y ver,
que aquí, a mi lado, en mi cama, volvemos a estar yo, y este cruel y profundo silencio.

"Humedad"

Hace ya tiempo que llovió sobre la tierra de mis ojos,
hoy, el lodo yace seco, agrietado y pálido,
como lo gris, lo inmune, inerte y olvidado,
y no es que muera el dolor, desaparece la materia.

No finjo fuerza ni expresividad. Dicen,
el corazón siente, las mejillas pagan,
pues ni una ni otra, soy ahora el loco
al que se le han acabado las lágrimas.

No lo he pactado con Satanás ¡Por Dios!
Es simple. El creador se olvido de mi llanto,
y me trajo un lápiz, un papel y una luna.
Es así como lloro ahora. Derramando versos...

Pues mire, que de frente le he mentido al sufrimiento.
Ha creído que ya no le conozco al verlo.
Y partió, decepcionado, pensativo y triste.
¿Qué no ha llovido aun? No pasa el tiempo todavía.

"Lluvia"

"...Dichosa la lluvia que contempló tu llanto,
...fuera de la ventana te veía y lloraba."

"Perfidia sobre natura."

Un rojo sol ha enamorado a las flores,
que gozan de su amor tan solo un ratito,
de los rayos que nublan sus olores,
de aquel sol de los mil amores,
que al anochecer queda extinto.

Al canto de las aves promete su regreso,
y cínico y ducho blasfema su lealtad.
Más parte al lecho de otras insensatas,
de diáfanas miradas de credulidad.

Sol que crees y te equivocas,
al pensar que solo tú puedes amar,
más no sabes que por la noche,
dichosa luna ocupa tu lugar.