sábado, 11 de abril de 2009

"Un final inevitable"

Es tarde para decirte esto, lo sé. Las mismas estrellas incluso descansan en la inmensidad de la noche. Hoy, medité mucho y después de tanto pensar, he decidido dejarte y partir hacia una realidad que ni yo mismo conozco.

Esta mañana, reflexioné sobre “nosotros”, y hasta la misma palabra parecía tener separaciones imperceptibles. ¿Sabes? Debo irme, no ahora mismo, ni en cuerpo entero, sino por pedazos. Debo salir de aquí, poco a poco que el azar es doloroso. Debo tratar de escribir “ayer” con tinta invisible, sin palabras que redunden en pasados que incomodan.

¿Tristeza? No sabría decirte, solo sé que es extrañamente grato sentirme libre de aquella armadura de esperanza que me sujetaba. No es (aclaro), mi intención, pretender mostrar una mirada estoica y un semblante invulnerable. Mentiría si así lo hiciera.

Sé que estas letras huelen a despedida, sin embargo no lo son. Son estas líneas el simple final de una etapa inevitable de nuestras vidas, son quizá una razón más para convencernos que entre tú y yo, jamás existirán despedidas suficientes o separaciones fatales. Lo sabes, lo sabemos de antemano, es en verdad absurdo pensar que podemos concebirnos en vidas totalmente discordantes. Sin embargo, es también maduro saber que tampoco podemos concebir un presente juntos. Al menos no como quisiéramos.

Son estas horas, en que parto hacia mi realidad, las postrimerías de un haz de amor que algún día creímos haber visto.

domingo, 5 de abril de 2009