He encontrado en este espacio (su espacio), una salida constante y necesaria a mis pensamientos, y es que, así como la encuentro en otras libretas en las que también escribo, y aunque este blog es menos íntimo, no deja por ello de ser franco, directo y transparente.
¿Un poeta?, ¿Un escritor?, no lo sé, si al que trata la madera le dicen carpintero, y al que roba cosas le llaman ladrón, quizá yo soy un poeta y un escritor, sin el detalle elemental al nombramiento de ser bueno o malo en ello. Escribir es el arte necesario y franco de ser, de plasmar y de sentir. Y aunque la definición anterior podría caber en la pintura, la escultura u otras artes, las herramientas son por demás diferentes. Yo puedo escribir en la arena sin necesidad de un papel y un lápiz, más no puedo pintar sin pintura, puedo escribir en el cielo (sutil e íntimo lienzo), más no puedo esculpir sin materia.
Lo hago sin temor, y eso es precisamente lo que me permite crear el vínculo exacto entre mis letras y ustedes, porque ese es otro punto crucial que lleva a una respuesta más. Este blog, depende de quién lo lee, no es autónomo, vive por las personas que se identifican o simpatizan con él. Es un ente material desprendido del autor que vive por sus lectores, porque finalmente si no quisiera que nadie lo viera, lo escribiría en una libreta y lo guardaría para mí, pero ese no es el punto. El escritor escribe para ser leído, el pintor pinta para ser apreciado, y aunque es importante recalcar que es la segunda instancia, no deja por ello de ser importante.
¿No temes que sea tan íntimo?
En realidad la pregunta anterior ha surgido de charlas con otras personas con blogs, el problema, dicen, es que suele convertirse en algo autobiográfico o demasiado íntimo, y muchos temen que eso suceda. En mi caso, creo que al final, somos personas, comunes y corrientes, que sienten, que lloran y ríen, y si algo puede parecer demasiado personal, no hay que tener miedo a la crítica o al juicio, alguna vez dijo Coelho que los críticos eran como eunucos en un harem, saben cómo se hacen las cosas, pero no pueden hacerlas.
Invitación:
Por último, no puedo dejar de hacerles una atenta invitación; los exhorto a que escriban, es placentero, tranquilizante y siempre satisfactorio. Quién sabe si entre ustedes no se encuentra un gran poeta, novelista o guionista. Recuerden “de músico, poeta y loco…”
y es enorme la noche.
Pero miro hacia arriba:
las estrellas escriben.
Sin entender comprendo:
también soy escritura
y en este mismo instante
alguien me deletrea.
O. Paz